En febrero de este año, el arquitecto Joaquín Aguirre Vallarta y yo participamos en el Primer Coloquio de Arquitectura Efímera en la Facultad de Arquitectura de la UNAM sobre propuestas arquitectónicas y de instalación con un material muy peculiar: la planta rodante o mejor conocida en Baja California Sur como Chamizo.
Más que una ponencia, decidimos hacer un diálogo entre un arquitecto y un artista. Queríamos romper un poco con la formalidad y seriedad que siempre existe en los eventos académicos.
Nos interesó participar en este coloquio y, en lugar de hablar sobre el uso que han hecho arquitectos famosos de materiales precarios o plantear una teoría cesuda al respecto, decidimos buscar un producto frágil, miserable y cuantiosa como la planta rodante del desierto.
En nuestra charla, titulada Chamizo, presentamos una serie de renders de estructuras de Chamizo ubicadas en diferentes espacios de la UNAM y otras para el desierto, pensando que es un material muy adecuado para mantener una temperatura adecuada en el día y la noche en estas zonas.
Nuestra propuesta final eran una serie de habitáculos para los migrantes que atraviezan el desierto, pensados para colocarse cerca de poblados para que los habitantes de éstos pudieran abastecerlos de productos indispensables para sobrevivir. Es una propuesta humanitaria y práctica.
Víctor Lerma, CDMX, 2019