Una parte de Raya quincenal
Por fin, en Pinto mi Raya, logramos digitalizar los 25 años del proyecto Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales, el proyecto que nos llevó a reunir la crítica de arte y los textos de opinión en los principales diarios nacionales entre 1991 y 2016. Gracias a un apoyo del PAC y la generosa ayuda de Maribel Escobar Varillas, Tonantzin Arreola y Yuruen Lerma, lo logramos. Ufff, doble Ufff.
Hoja de catalogación PmR
Sin embargo, el proyecto también se debió al invaluable apoyo de Toño, inquebrantable desde siempre. Escribir esta nota me es muy difícil e importante ya que Antonio Mayer falleció en mayo pasado y esta es una pequeña forma de reconocer su generosidad y mostrarle mi cariño.
En primer lugar Toño era mi cuñaooo, el hermanito chiquito de Mónica quien siempre estuvo ahí, apoyándonos en todas nuestras travesuras conceptuales en el arte, entre otras cosas, con una crítica puntual alrededor a nuestras propuestas y proyectos.
Uno de estos proyectos fue, precisamente, el de la digitalización de Raya que se llevó a cabo en su totalidad en Diestro, su empresa. Y esta no fue la primera vez que nos ayudó con un proyecto de digitalización ya que también nos prestó su equipo para Archivo Activo, proyecto de 2011 en el que reunimos los materiales de 10 temas que nos interesaban particularmente, entre ellos: mujeres artistas, arquitectura, performance y educación artística.
Yo llegaba a la oficina a eso de las ocho de la mañana para empezar lo más temprano posible y no interferir con las labores del lugar. El personal de limpieza me dejaba entrar a la oficina de Diestro. Ya después el detector digital me reconocía y podía ingresar sin ninguna bronca.
Yo me iba directamente al escritorio que me designaron para poder tener ahí los sobres de Raya y mi computadora.
Quincenas en sobres y en cajas
Inmediatamente me iba al cuarto donde se encontraba la fotocopiadora y empezaba a escanear página por página cada uno de los textos de las 600 quincenas.
Me tomaba entre 7 a 15 minutos realizar el escaneo de una quincena y mientras lo hacía, iba llegando el personal de Diestro y empezaban a darme carrilla o vacilar ya que me encontraba en un rincón o cuevita en medio de todos los cables y equipo de transmisión digital y papelería de oficina.
Mientras estaba haciendo varias cosas como digitalizar y luego poner lo digitalizado en formato PDF, TIFF, JPG, en la compu llegaba Toño a saludar y, como era su costumbre, a vacilar con todo mundo y yo no era la excepción. Aunque ahí enfrente de todos no podía darle un revire a sus comentarios, ya después me metía a su oficina y nomás soltábamos la carcajada.
Digitalicé 600 quincenas, más de 35,000 mil artículos. En otras palabras, pasé mucho tiempo en la oficina.:
Un USB que mide 8.3 x 5.2 cm. Foto: Tonantzin Arreola
Con el personal de Diestro fui creando una relación amistosa, compartiendo chismes, el cafecito y hasta un “me acuerdo cuando”. Era a todo dar.
Ya para cerrar y no olvidarlo nunca, quiero darles las gracias y un abrazo forever a Mayra Verónica y Vincent García, la recepcionista que siempre sabía dónde estaba todo mundo y a Miguel Ángel González Ramírez un tipazo que conoce cómo salir de los atorones electrónicos y cibernéticos. Toño siempre tendrá un lugar especial en mi corazón y en mi memoria.
Víctor Lerma. Octubre 2019, CDMX
